expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

jueves, 29 de marzo de 2012

...El regreso...

Acusado de abandono ilícito del cuerpo mismo, me fui, dejando rastro puro de fantasma por donde me fui.
Y es que la piel no es la misma, la habitación, tampoco.
Desagradecido, dirás entre las paredes, pintarás tu silencio de carmesí, y saldrás con ganas de mercadillo barato, pescado en mal estado, con ganas de abarcar en puerto extranjero, y quedarte ahí, dormida, pequeño señuelo.

Porque estuve y estaré, porque te hice el amor porque alguien tiene que hacértelo, porque me ensucié de agua, de pasión, de boca, de sexo, de broches, de bingo de domingo, de salmuera, de tí en la estantería de madera.

Porque de malavida hemos vivido, de malayerba hemos comido, de malablados hemos sido, de malasangre el cuerpo nuestro se ha podrido. Y porque con los buenos modales engendrados degenarcionalmente en generación nos hemos mantenidos juntos, hasta irme en abandono ilícito de cuerpo mismo.

Porque cuando vuelva, alguien te habrá hecho el amor, porque alguien tenía que hacértelo, alguien te querrá sin carmesí, sin ropa, sin agua, sin pasión, descalza por el amasijo de cama, porque cuando vuelva, ya no serás mía

jueves, 22 de marzo de 2012

...Bi Main...

Despacio, crispados, denudos meramente solos en una habitación para cuatro,
Despierto al amanecer medio hambriento de ti, tu carne cosida y descosida a mis huesos, tus senos seniles que sólo se acuerdan de mis manos.
De nosotros poco hay que contar, sólamente que somos de salas de espera, "sin saber que andábamos buscándonos".
Tu acento a las seis lo guardo en mi boca, en el lengua a lengua, cuerpo a cuerpo, desenfrenadamente enredados, deshaciéndonos en tus sábanas de flores, las marchitas, las mismas que no serán nuestras, porque los adornos se guardan en floreros muertos de hambre, porque lo nuestro, lo tuyo.
Yo me deshueso, tú te denudas, a galope de hembra, de dama y mujer, triple frontera de mi deseo humano, vivido en esta tierra de año a año, como si quisiera no irme, quedándome atado a las patas de tu cama que me dicen que espere.
¿A dónde vamos? - Pregunta, No lo sé, le contesto con la voz ronca de tanto corear su nombre.
Sin abandonos, las cartas no se juegan, esta patria hoy es mía, como tu Soledad compartida.
Tu acento me puede, desde Usuahia a la Quiaca.