Y es que la piel no es la misma, la habitación, tampoco.
Desagradecido, dirás entre las paredes, pintarás tu silencio de carmesí, y saldrás con ganas de mercadillo barato, pescado en mal estado, con ganas de abarcar en puerto extranjero, y quedarte ahí, dormida, pequeño señuelo.
Porque estuve y estaré, porque te hice el amor porque alguien tiene que hacértelo, porque me ensucié de agua, de pasión, de boca, de sexo, de broches, de bingo de domingo, de salmuera, de tí en la estantería de madera.
Porque de malavida hemos vivido, de malayerba hemos comido, de malablados hemos sido, de malasangre el cuerpo nuestro se ha podrido. Y porque con los buenos modales engendrados degenarcionalmente en generación nos hemos mantenidos juntos, hasta irme en abandono ilícito de cuerpo mismo.
Porque cuando vuelva, alguien te habrá hecho el amor, porque alguien tenía que hacértelo, alguien te querrá sin carmesí, sin ropa, sin agua, sin pasión, descalza por el amasijo de cama, porque cuando vuelva, ya no serás mía