Desoigo, desvivo, desmuero...
Desnuda, desecha, despellejada...
República de Mujer, sobre el tratado de tu cuerpo a mi piel haz limitar, quebrántame a tus leyes y bajo tus justas otórgame impunidad, y al desterrarme sobre tus anchas caderas de mar hirviente, déjame nacionalizar mi identidad...
Y entre tus entres resaltaré, con ferviente calor como una hojarasca abultada de recuerdos maldibujados sobre tu mapa de Venus,:
"en el norte tus labios, en los entresures tus piernas, en las mitades de tu mundo tu sexo, al oriente y occidente tus huesos.
Y hasta el mismo dios que al verte, hasta cuernos le han salido"
Horas más tarde, moridos, destierro cuerpo a tierra, bosquejos de aromas, descocidos nuevamente con las mismas manos... Y sobre nosotros? bien, gracias.
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