Una cuerda de locos de atar, una sombra del nunca jamás, un verbo sin ganas de hartar, esos besos que no están demás.
Un andar Sabinero, un zaguán de cordero, la vista dilatada y unos labios ebrios de aquellos besos on the rocks.
Una cuenta pendiente de quien se fue sin pagar, esos labios perdidos por no saber amar, deshilvanando las costuras de lo que nunca está demás, un "yo no quise" y de vuelta a tu andar.
Unos cuántos por cientos, unos menos y más, los quizases de nunca olvidar.
Un andar Sabinero, un zaguán de cordero, la vista dilatada y unos labios ebrios de aquellos besos on the rocks.
Una soledad compartida, exclusivamente entre dos, la marea, el mareo.
Una cuenta pendiente de quien se fue sin pagar, esos labios perdidos por no saber amar, deshilvanando las costuras de lo que nunca está demás, un "yo no quise" y de vuelta a tu andar.
Un tácito encuentro, prematuro al momento, pero encuentro al final.
Entre otras cosas que pasan, pasamos los tantos desqueriéndonos, y volviéndonos a olvidar.
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