Sentado frente al mar, sus ojos palpitan al bramido del mar, su fuerza no se detiene ...
Sus glorias descansando en su pecho, batallas que jamás ganó, lugares que nunca transitó, heridas sangrantes, abiertas con culpa directo a sus pecados, su corazón aguijoneado, de amores nunca amados, amantes insatisfechas, recuerdos olvidados ...
Sus manos, rodeadas de sombras, escondidas al pasado, se aferran a su último cigarro, sobreviviente entre tantas colillas que rodean su espacio ...
Llegó para quedarse, nunca sabremos cuánto, al puerto inhabitado, casado con la soledad del mar, su silencio, pesadilla de un camino directo hacia la luna, sendero nocturno, sin escape ...
Los inocentes, guardamos su silencio, lo nombramos dios entre los muertos, mas nunca habló, cometiendo cien pecados, sin mostrarnos su sonrisa, congelada al firmamento ...
Solamente mencionó su capicúa intermitente, falta ortográfica de su voz arrugada por el tiempo, mal trecha, sin eco, con desprecio, su nombre se hizo noche, día, vida, su religión ...
Los años recorrieron su cuerpo, lentamente, carcomiendo lo poco que queda de el, esperando aquel ansiado regreso, pero se quedó, raíces en el suelo, sus piernas no respondían, ni al suspenso de la tormenta, la lluvia, el calor ...
No es un habitante, de esta isla sin regreso, no comparte la dicha de su vida, su libertad con nadie mas que con su mar, con sus llagas, sus venas derramadas, secas hacia el sol, relegadas al viento ...
Los inocentes, se están durmiendo, yo cuento su historia, el me resguarda un secreto, su próxima batalla, a la que jamás llegará, será en el centro, la hoguera ha sido su último deseo... Espera un poco más, todavía, resta tiempo ...
El huésped de los inocentes, se unirá lentamente al mar, la marea lo ha sentenciado, se ha quedado, esperando, su silencio ahora es nuestro, su religión, nuestro nombre, en busca de ella, han partido ... Su historia, con principio pero sin final, me ancló a su espalda, seré un huésped en mi propia ciudad, hasta esperar su deceso ...
Huésped, tu tristeza ha regresado ... No sé si nos recuerdas, o te hemos olvidado ... Nuestro silencio, ha hablado ...