... Lienzos grises de un rotundo y marchito precipicio ...
Lo malo del después, es el sabor irremediable del prematuro amanecer, sin telón nocturno, resaca de un ayer, envuelto en lo profundo ...
Lo malo del después, es su perfume enmohecido en los ojos ciegos de su cuerpo, de la revuelta en los sentidos sin sentido alguno, de lo ilógio en escena, del fantasma de sus besos ...
Lo malo del después, es el tránsito eterno sin paradas de por medio, al desierto, al recuerdo ...
Lo malo del después, son las preguntas de respuestas con mitad verdad y entera mentira, para malgastar el tiempo en que el después desquebrajó los huesos, y dejaron en soledad las sábanas frías, muertas por su herida ...
Lo malo del después, es el peor invitado a la cena de la noche a puertas cerradas, teléfonos callados, alcobas sin pasos apurados, sin líneas en las manos ...
Lo malo del después, es ver sentir que después, habrá otro después, sin temor de volver ...
Lo bueno del después, es aquel café, humedeciendo los rostros, acompañando las sonrisas, las charlas con cigarros apilados y las cartas en las manos ... Gracias por el fuego ...
... Alquilé un espacio, cerca de sus ojos carmesí ...