expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

sábado, 14 de agosto de 2010

...El Escritor y sus renglones Torcidos...

TINTAS

No es que me haya cansado, pero me costaba creer en absolutamente algo, y me había saturado de tantas "había una vez" y "vivieron muy felices". Quise de modo cordial conmigo mismo separarme, y me perdí siendo vecino.

Es creíble que pueda creer en lo increíble, es más, y no mucho menos, dejé mi cuerpo para verme cómo me mira el resto. Sin ir más lejos de la esquina de la siguiente cuadra no encontré mejor excusa que presentarme a mi mismo. Después de tan creíble acierto nunca nos volvimos a ver.

Varios años después derramé tintas en vano conquistando de a poco a mis perversas traiciones, regresé a mi pueblo para mirarme de nuevo y me sorprendió debajo de mi puerta una invitación al funeral del nombre de quien yo había sido años atrás.

Pero el hecho de que él se muriera (yo mismo) antes que yo (él mismo) no significa que yo esté muerto, si he sido el primero en visitarme en desentierro, y en dejar los espejos por supuesto, y le he escrito a su mujer con esta tinta, y ella me ha traicionado conmigo sin darse cuenta. La voz se me seca y de a poco a ella se le va mi pena.

Y como había una vez, esta vez, por única vez, no miré entre espejos el rostro ajeno que no me pertenece, ni miré a los ojos de la amada que robé en el funeral de mi cuerpo a tierra. Y para colmo nunca supe quién de los dos era mas viejo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario