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viernes, 13 de agosto de 2010

... Las Medias de Verónica ...

Es como un juego de ajedrez, el peón sólo debe ir para adelante y atacar en diagonal con la misión más tétrica de doble filo: matar y defender al rey; Así es tu soledad Verónica, sentada frente a la ventana que te vio crecer, con el llanto en el manto de tu piel, y por encima de tu cuerpo tallado a mano respira el leve sentimiento de "no saber distinguir el amor de cualquier sentimiento".

En los pequeños círculos que comparten tus despertares, en la espera de una ceguera muerta de envidia, ahí estás, sentada, desnuda, desamada, desenamorada, sola como cualquiera, hermosa como ninguna.

Y yo, debajo de la ventana, hablando con nadie, esperando llenar el ataúd con todo menos con mi vida, quizás siendo así, queriendo morir en el anonimato de tu vocablo, entre tus malas palabras y tus buenos recuerdos hacerme de fama para que te olvides de mí a las nueve de un nueve del nueve, y que a la noche cuando asientes en tus sábanas el reproche de tu soledad, me busques sin saber quién soy, sin querer quién eres.

...Puerta a puerta, ventana a ventana, las habladurías de los domingos entre vecinos y peatones, en el mercado de frutos las carnes, en los bares dormidos los somñolientos visitantes, en balcón siguiente amanecen tus rasgos, y bajo una sombra antónima, con lo que quede de ti, yo...

...Y mañana, será lunes... Y pasado, ninguno...

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