expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

martes, 25 de mayo de 2010

...DosAmor...

A veces pensaba que con tan solo decir "te amo", todo resultaría perfecto, que las promesas y esos versos que no recuerdo se quedarían justo cuando te estabas por ir. Pero no fue así, la mente juega con ventaja en esto de creer y de absorver la presencia, pero cuando ya no estabas me había dado cuenta de que te estaba olvidando o quizás te extrañaba tanto que no me di cuenta donde te perdí, o si fue talvez la falta del duelo que no te lloré lo que ocasionó el que yo esté aquí de pie, sobre ti, en plena lluvia de agosto invernal después de tres años en que te fuiste de mí, física y mentalmente.

Desde aquel día fui desmembrando mi memoria, solamente contaba con el pasado para protegerme, ni siquiera para eso era tan bueno como lo soy ahora. Cuando despierto, despierto solo, con mi ello, con mi yo y mi superyó, pero al fin y al cabo tan solo.

Recordar la última vez que te vi sería deicrte adiós y aunque ahora quisiera estar desenterrando el amor como lo prometimos, me estoy enterrando junto a tí, no harán falta estos cuerpos humanos, déjame decirlo, el resto lo harán los gusanos.

Cómo, cómo podría decir que moriría contigo si te matas o que si te fueses primero escribiría nuestra historia con la sangre que me sobra y la tuya que te falta, y dejar de lado el morbo de este encuentro, en esta charla en este cajón donde estamos los dos ahora, y te miro diferente, pálida, sin fuerza, sin sonrisa, aunque simplemente sepa que estás ahí, ya estoy contigo, o ya estaré, bueno, no soy bueno jugando a conjugarme en los verbos, pero contigo, eso seguramente reconozco que es verdad.

Recuerdo nuestra última cita en aquella sala de espera completamente desesperada, tu cuerpo enteramente ebrio de formol, el mío, absurdamente lleno de veneno, deseando ser aquél que ocupe tu lugar y no tu misma actuando de ti misma, quién sabe, si esto fue la historia de amor que no creía en nada mas que en eso, que al mirar no mirábamos solamente lo que alcanza el tacto, nos teníamos en nuestra surrealidad realmente y llegamos hasta sentir la furia de lo tácito, ese peso extra que cargábamos al despertar con nuestros cuerpos moribundos después de tanto amar.

Sé que las personas van y vienen pero nadie me enseñó mejor que tu que antes de morir deberíamos vivir, y así fue, creo que he vivido lo suficiente, creo que los diarios me dicen lo mismo mañana tarde y noche, creo que los fantasmas son la misma gente que copa ciudades y compra hasta el cariño faltante en sus habitaciones, que el vicio del ser humano los enjuició ante una justicia ciega de poder, que no conocí otra mujer mejor que tu pues aunque dormía con ellas soñaba contigo, y cuando dejé de soñarte y ellas a dejarme, vine a visitarte y me recibiste con tu cuerpo de ángel con ojos cerrados, con tu voz apagada pero impaciente de contarme las mil y un aventuras venideras de ese porvenir incrementable, de aquella filosofía de la vida.

Ahora solo resta cerrar los ojos, no te adelantes, puede que esto no sea la mejor declaración de amor ni asemejarse a Romeo o a Julieta en desamor, pero es lo nuestro, nuestra historia en breve mientras se adormece este esqueleto, donde mi intelecto aún quedará despierto para amarte en reencarnamiento, verdaderamento.

Por la algúnica vez en que me alojé contigo, cuando te amé por fuera del margen de toda moral y de lo permitido, y que ahora tus atlánticas venas me estremecen y me junto a deshilar lo que queda de la piel viva que muere de a poco junto con el latir de este corazón que se quiso en pretérito imperfecto y que si la muerte nos separó fue solo un instante, ahora espero encontrar algo redundante en el sonido vacío y muerto de este lugar, aguardando el momento preciso cuando deje de respirar, para poder irte a buscar aunque no sepa donde estás.

Con amor, El amor en primera persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario